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Evolución en los sistemas CCTV

Escrito por Sergio Muñoz Cuenca. Técnico especialista en Electrónica, Superior en desarrollo de Aplicaciones Informáticas y habilitado como Director y Formador en Seguridad Privada.

Hace unos meses celebré que llevaba veinte años en Lanaccess, veinte años en el sector del CCTV, donde entré siendo un neófito en la materia. Venía del mundo de la detección de incendios, de modo que mi vida profesional siempre ha estado muy relacionada con la seguridad y, más concretamente, con empresas fabricantes españolas que han apostado por la calidad y la cercanía con sus clientes.

Fui uno de los técnicos que montó los primeros videograbadores de Lanaccess, videograbadores analógicos Made in Spain. Los videograbadores actuales , que seguimos fabricando íntegramente en España, tienen grandes diferencias tecnológicas con aquellos, pero hay cosas que no han cambiado: su robustez, su fiabilidad y la apuesta por la seguridad y la eficiencia. Yo mismo también he evolucionado y he pasado por distintas posiciones dentro de la empresa. Considero que cambiar y evolucionar es vital para estar preparado para los nuevos retos que se nos van a ir presentando.

Evolución de los sistemas CCTV

En aquellos años, los equipos que existían en la industria de la seguridad eran equipos con cintas VHS. La duración de las grabaciones fuera muy limitada y había que cambiar las cintas constantemente. Sufrían además mucho desgaste, lo que afectaba de forma significativa a la calidad de la imagen.

Con la llegada de la era digital, Lanaccess fue una de las primeras empresas en ofrecer videograbadores digitales, también llamados DVR (Digital Video Recorder), en los que las grabaciones se almacenaban en discos duros que por aquel entonces rondaban los 20 MB, capacidad suficiente para almacenar treinta días a resolución CIF (352 x 288) y a pocas imágenes por segundo. No es gran cosa si lo comparamos con los estándares actuales, pero en aquellos momentos suponía un enorme avance.

Si bien es cierto que la tecnología sigue siendo digital, las mejoras respecto a los primeros videograbadores digitales son evidentes. Eso sí, vemos claramente que nuestros clientes quieren seguir disponiendo de las ventajas de tener un sistema de videograbación en local, lo que deja la opción de la nube pública más restringida al ámbito doméstico o de las micropymes. Hemos observado también una apuesta, en nuestros clientes, grandes empresas e infraestructuras críticas, por el modelo mixto, es decir, por soluciones híbridas que les permitan disponer de lo mejor de los dos mundos, combinando por un lado los videograbadores en local con la posibilidad de usar entornos virtualizados y nubes privadas. Una evolución en la que los acompañamos desde Lanaccess.

Un gran hito para la videovigilancia fue la creación del protocolo ONVIF. El comité ONVIF (Open Network Video Interface Forum) creó en 2008 un estándar de comunicación entre los dispositivos de seguridad. Se trataba de facilitar la integración de diferentes marcas de equipos de vídeo, estandarizando la comunicación entre ellos de forma que pudieran conectar de forma sencilla y casi automática los dispositivos. Hoy en día, en el mundo interconectado en el que vivimos, el protocolo ONVIF es indispensable. Pero, además, los clientes exigen que las soluciones dispongan de arquitecturas abiertas, para poder conectar distintos tipos de sistemas, y en muchas ocasiones solo con ONVIF no es suficiente. El reto es lograr una gran conectividad y al mismo tiempo una gran seguridad, lo que no es fácil de conseguir. En Lanaccess mantenemos la apuesta por los sistemas abiertos y la conectividad con las soluciones de terceros que nos ha caracterizado desde nuestros inicios, sin dejar de lado un elevado nivel seguridad.

Evolución en el soporte técnico

En los inicios de la videovigilancia, las imágenes eran usadas siempre en local y con frecuencia solo se revisaban a posteriori, y era impensable poder disponer de imágenes en directo en otra localización diferente a donde estuvieran las cámaras. Pero eso ha ido evolucionando y en la actualidad prácticamente no se concibe ningún sistema de videovigilancia que no esté conectado a una red.

El soporte no ha sido ajeno a esta conectividad, y ha pasado de ser solo un apoyo telefónico a personas que estaban in situ en las instalaciones a poder conectarse en remoto (con todas las medidas de seguridad y siguiendo estrictas políticas de protección de datos) para solventar incidencias. De esta manera se ha ganado en agilidad, calidad de servicio y seguridad para nuestros clientes, sus instalaciones, sus clientes y sus trabajadores. Hoy en día, todos trabajan con la confianza de saber que no solo hay alguien en una CRA que les puede ayudar en momentos complicados gracias al sistema de videovigilancia, sino que también pueden recibir atención técnica especializada de manera ágil, lo que les garantiza una mayor disponibilidad del sistema.

Con la evolución de los grabadores, de las redes informáticas y sobre todo de las cámaras IP, tanto nuestro departamento de soporte como los técnicos de campo de los instaladores nos hemos tenido que ir formando en las nuevas tecnologías.

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Las herramientas de trabajo de los técnicos de los instaladores también han ido cambiando y, junto al polímetro, los juegos de destornilladores, las bobinas de cables y otras herramientas, se ha hecho imprescindible el ordenador portátil, lo que ha obligado a los técnicos a adquirir ciertos conocimientos de informática y redes. Desde Lanaccess, pioneros en este ámbito, nos hemos esforzado al máximo para acompañarlos en este proceso, proporcionándoles formación, sobre todo a través de cursos, aunque también con frecuencia prestándoles atención telefónica durante la propia puesta en marcha de las instalaciones.

Más recientemente, gracias a las aplicaciones de conexión a escritorios remotos, el soporte es mucho más rápido y versátil. Cuando nos autorizan, nos conectamos a los portátiles de los técnicos de campo, vemos con nuestros propios ojos lo mismo que ven ellos, y de este modo agilizamos la solución del problema y les podemos proporcionar una retroalimentación más efectiva.

La evolución de la conectividad disponible para dar soporte también ha sido enorme, desde el módem o la RDSI —con aquel peculiar sonido del módem al realizar la llamada— y el ADSL hasta los anchos de banda actuales que proporciona la fibra, o a la flexibilidad que da una conexión a través de GSM.

El disponer de soluciones proactivas de videovigilancia como las de Lanaccess, junto a la conectividad remota, proporciona múltiples beneficios al cliente:

  • Supervisión automatizada de los equipos.
  • Actualización remota de software y firmware.
  • Proactividad en las incidencias.
  • Menos desplazamientos de los técnicos de campo y ahorro de costes.
  • Revisión de alarmas técnicas, logs.
  • Modificación en la configuración (alarmas, cambios de IP, etc.).

A lo largo de todos estos años he sido testigo de muchos cambios tecnológicos, y yo mismo he cambiado y me he adaptado. Es un proceso constante en el que hay que escuchar mucho, formarse y disponer de soluciones que cubran las necesidades de los clientes.

También es importante saber que lo que hoy es bueno no hay ninguna garantía de que mañana lo sea. Por eso es necesario apostar por soluciones que no se estanquen, que evolucionen, que sean ágiles y que sobre todo piensen en los clientes.

Puedes ver el artículo completo publicado en la revista de Seguritecnia haciendo clic aquí.

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lanaccess@lanaccess.com