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Por: Andre Reis, Director de Ventas de Biometría en HID para América Latina |
Imagina que los clientes visitan tu banco sin necesidad de tener algún tipo de fricción: entran a una sucursal, validan su identidad sin documentos físicos y acceden a su cuenta en segundos, sin contraseñas ni tarjetas. Esta escena, que hasta hace poco parecía futurista, ya es posible en muchos bancos de la región gracias a la biometría.
La autenticación mediante rasgos únicos —como huellas digitales, reconocimiento facial o patrones de conducta— se ha convertido en un estándar para instituciones que buscan elevar la seguridad, reducir el fraude y fortalecer el vínculo con sus clientes.
De hecho, el 79 % de organizaciones en América Latina afirma que ya implementan sistemas biométricos o planean hacerlo como parte de sus estrategias de autenticación multifactor. Este tipo de innovación responde a los desafíos de seguridad en un entorno digital cada vez más expuesto a amenazas y mejora la percepción de la marca, optimiza tiempos operativos, además de permitir al cliente experimentar una relación más confiable, ágil y personalizada con su entidad financiera.
Más allá de contraseñas: biometría y validación continua en la banca moderna
La verificación de identidad en el sector bancario ha evolucionado hacia métodos más seguros, precisos y fluidos, gracias a la implementación de tecnologías biométricas. Rasgos como la huella digital, el rostro o incluso patrones de comportamiento se emplean como credenciales únicas, imposibles de replicar por terceros, lo que ha permitido consolidar esquemas de autenticación más confiables frente a amenazas como el fraude digital o el robo de identidad.
En operaciones presenciales y remotas, la biometría facilita la validación del usuario sin necesidad de documentos físicos, contraseñas, pines u objetos de autenticación adicionales. Lectores multiespectrales de huellas, cámaras especializadas y algoritmos de análisis facial se integran en cajeros automáticos, plataformas móviles y puntos de atención, haciendo que el proceso de acceso sea casi instantáneo, incluso en entornos operativos complejos o condiciones físicas adversas.
La experiencia del cliente se beneficia directamente de esta transformación. La reducción de fricción en el acceso y la gestión de servicios bancarios se traduce en tiempos de respuesta más ágiles, mayor comodidad y percepción de seguridad. La autenticación biométrica elimina obstáculos operativos que antes generaban frustración — como contraseñas olvidadas, duplicación de trámites o demoras en atención — y permite a la institución proyectar eficiencia, innovación y confianza. Es esta combinación entre precisión técnica y facilidad operativa, lo que convierte a la biometría en un recurso central para la banca que busca mantenerse competitiva y centrada en el usuario.
Biometría inteligente para una autenticación sin barreras
Transformar la verificación de identidad en una experiencia segura y sin fricción requiere más que intención: exige tecnología precisa, robusta y adaptable a través de dispositivos avanzados como los lectores de huellas, basados en imagen multiespectral (MSI), tecnología que va más allá de la superficie de la piel —captura datos a través de capas internas— permitiendo autenticar al usuario incluso en condiciones complejas como dedos húmedos, sucios, envejecidos o afectados por tareas manuales.
La integración de estos dispositivos en cajeros automáticos, accesos físicos y puntos de atención ha permitido que instituciones bancarias en la región conviertan la biometría en un eje operativo. Su rendimiento estable optimiza procesos de atención, refuerza la trazabilidad de cada interacción y reduce los tiempos asociados a verificaciones manuales.
En paralelo, existen tecnologías de reconocimiento facial pensadas para entornos digitales y físicos, donde la autenticación debe ser rápida, discreta y precisa. Estas plataformas —compatibles con aplicaciones móviles, terminales de autoservicio y espacios restringidos— incorporan algoritmos de detección de vida que identifican intentos de suplantación mediante fotos, videos o representaciones artificiales, realizando la validación en segundos, sin necesidad de contacto físico, ofreciendo, a la vez, una experiencia intuitiva que mejora la percepción de seguridad sin sacrificar comodidad.
Cuando se combinan en esquemas multimodales, estas soluciones permiten a los bancos establecer capas de verificación adaptadas al contexto y al nivel de riesgo, fortaleciendo la autenticación sin incrementar la fricción operativa. Estas soluciones proveen una arquitectura biométrica que se integra con facilidad, escala con el crecimiento digital y proyecta confianza en cada punto de contacto.
Cuando la tecnología se convierte en confianza: el caso Supervielle (Argentina)
El Banco Supervielle, Argentina, enfrentaba el desafío de modernizar sus procesos de incorporación digital sin comprometer la confiabilidad del acceso ni la experiencia del usuario. Con más de 130 sucursales en todo el país, la entidad debía asegurar que cada nuevo cliente pudiera autenticarse remotamente de forma inequívoca, incluso en condiciones adversas.
La respuesta vino de la mano de la biometría multiespectral. Supervielle integró lectores Lumidigm® de HID en su plataforma de onboarding digital, permitiendo validar la identidad mediante huellas dactilares desde cualquier dispositivo, sin necesidad de contraseñas, tokens físicos ni verificaciones manuales. ¿El diferencial técnico? La capacidad de capturar detalles subcutáneos en huellas envejecidas, secas o expuestas a variaciones ambientales, garantizando coincidencias incluso en escenarios operativos complejos.
Pero el impacto fue más allá del hardware. Esta implementación reforzó los controles KYC y AML del banco, redujo los intentos de fraude y aceleró los tiempos de comprobación, sin fricción para el usuario. La conexión directa con bases oficiales como el registro civil añadió una capa institucional que elevó la trazabilidad del proceso.
Hoy, Supervielle se convierte en modelo replicable para instituciones financieras latinoamericanas en autenticación biométrica bancaria, no solo por la tecnología que adoptó, sino por cómo la integró: como estrategia para proyectar seguridad, cumplir con la normativa y transformar la relación entre entidad y cliente.
Autenticación que aprende: hacia un vínculo bancario seguro, ágil y predictivo
La evolución de la autenticación biométrica en el sector financiero de América Latina apunta hacia esquemas multimodales, donde huella, rostro y comportamiento se combinan de manera dinámica según el tipo de transacción, el nivel de riesgo o el canal de acceso, versatilidad que incrementa la seguridad y facilita experiencias más inteligentes, ágiles y personalizadas.
Impulsadas por algoritmos de inteligencia artificial y aprendizaje automático, estas soluciones son capaces de detectar patrones de uso, anomalías contextuales y señales de riesgo en tiempo real. A medida que aprenden de los usuarios, no solo refuerzan la protección ante amenazas complejas, sino que también simplifican el acceso al anticipar necesidades operativas.
La integración de estas tecnologías en plataformas móviles y cajeros automáticos fortalece un ecosistema de interacción autónoma y sin fricciones. Ya no se trata solo de verificar quién accede, sino de cómo, cuándo y desde dónde, factores que consolidan la calidad del servicio y la percepción institucional. En este escenario, el cliente se convierte en un usuario identificado, protegido y contextualizado.
Contacto:
Signalis Group
Victor Galvis
Agencia de Relaciones Públicas
980-309-2166
[email protected]



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